Si el perro de su vecino no deja de ladrar, puede ir más allá de una pequeña molestia. Un perro ladrador que no le pertenece puede interrumpir su sueño, arruinar su tranquilidad o convertirse en una molestia que le provoque dolor de cabeza.
Incluso puede provocar que sus perros se porten mal, ya que los ladridos constantes se convierten en una distracción, y puede descubrir que sus propios cachorros sienten la necesidad de ladrar de vuelta.
Entonces, ¿cómo conseguir que el perro de un vecino deje de hacer ruido? He aquí algunos pasos que debe dar.
Hable con su vecino
En primer lugar, es importante que no se enfade con el perro, por muy tentador que pueda resultar. El perro sólo está siendo un perro y haciendo lo que hacen los perros.
En lugar de eso, diríjase directamente a su vecino. Puede que ellos no sean conscientes de que hay un problema si el perro ladra mientras están fuera en el trabajo o fuera de casa. O puede que ya sepan que los ladridos son un problema y estén intentando solucionarlo.
No haga suposiciones ni acusaciones, y acérquese cuando haya tenido tiempo de calmarse.
Reúnase con su vecino. Las notas escritas a mano pueden ser ignoradas y no conducen a un diálogo. Comunicar los problemas que tiene con el perro de su vecino es clave.
Si descubre que son padres primerizos y no tienen mucha experiencia con perros, puede indicarles guías de adiestramiento útiles como ésta o recomendarles un adiestrador local.
Bloquee la vista del perro
Los perros pueden ladrar si están siendo territoriales y sienten que usted se está adentrando en su terreno.
Si se da cuenta de que el perro de su vecino ladra cada vez que entra en su jardín o se acerca a la propiedad del vecino, es probable que el perro esté siendo territorial.
Una buena solución para este tipo de ladridos es bloquear la vista del perro con una valla, algún tipo de pantalla o algunos arbustos y árboles de privacidad. Si el perro no puede verle, es menos probable que le considere una amenaza.
Hágase amigo del perro
Puede que el perro aún sea capaz de percibir su presencia al oírle u olerle, así que si los ladridos persisten, puede que sea el momento de presentarse al cachorro para que sepa que no es una amenaza.
Pregunte a su vecino si puede conocer a su perro y entablar amistad. Si el perro ya no le ve como un intruso, puede que no sienta la necesidad de ladrar cuando usted esté cerca.
También es posible que sorprenda al perro cuando esté en su jardín porque no sale a menudo. Si el perro se asusta con usted, puede intentar pasar más tiempo en el patio. De ese modo, al perro no le parecerá nada fuera de lo normal cuando usted esté allí.
Utilice un silbato o un emisor de ruido
El refuerzo positivo es la mejor forma de adiestrar a un perro, pero si su vecino no se toma en serio el adiestramiento, puede que le corresponda a usted corregir el comportamiento del perro ladrador.
Un silbato para perros hace un ruido que no molestará a los humanos y no dañará a los perros, pero la alta frecuencia molestará a cualquier perro que pueda oírlo.
Cuando el perro del vecino empiece a ladrar, dé un golpe al silbato. Puede que al principio provoque más ladridos, pero si el cachorro llega a asociar sus ladridos con el irritante sonido del silbato, puede que finalmente deje de ladrar para evitar el ruido.
También existen emisores de ruido de alta frecuencia que puede colocar en el exterior. Estos responderán a los ladridos y emitirán un ruido similar al del silbato para perros. Es de esperar que esto corrija el comportamiento.
Estas soluciones pueden funcionar en algunos casos, pero no siempre son eficaces. Tenga en cuenta que a otros perros que vivan cerca también puede molestarles el ruido, aunque no sean ellos los que ladren.
Presente una queja por ruido
Si todo lo demás falla y su vecino no hace ningún intento por frenar los ladridos, puede que haya llegado el momento de presentar una queja por ruidos.
Hable con sus otros vecinos y compruebe si les molestan los ladridos tanto como a usted. Anímeles a presentar una queja similar. Consulte las leyes locales, ya que cada zona tiene leyes diferentes que regulan los ladridos de los perros y las quejas por ruido.
Las autoridades de Control Animal suelen ser las encargadas de hacer cumplir las quejas por ruidos de perros ladrando. Lo más probable es que su vecino reciba una advertencia formal, pero si el ruido continúa, podrían expedirle una citación.
Llamar a la policía no siempre es lo mejor, ya que los agentes suelen tener problemas mayores de los que preocuparse que los ladridos de los perros. Sin embargo, si sospecha que el maltrato o la negligencia son la causa de los ladridos, no dude en involucrar a las autoridades.
Con suerte, las advertencias y citaciones motivarán a su vecino a ocuparse del problema. Si no es así, puede ser un buen momento para invertir en unos tapones para los oídos o unos auriculares con cancelación de ruido.