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La criptorquidia en perros se produce cuando uno o ambos testículos quedan retenidos en el abdomen y no logran descender al escroto.
Por lo general, los testículos descienden cuando el cachorro tiene dos meses. Aunque puede ocurrir antes o después en algunas razas, rara vez sucede después de los seis meses. Generalmente, si uno o ambos testículos no han descendido a la edad de cuatro meses, los veterinarios sospechan de criptorquidia.
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El testículo derecho conlleva el doble de riesgo de criptorquidia que el izquierdo. Cuando sólo un testículo no desciende, los veterinarios denominan a esta afección criptorquidia unilateral. Cuando ambos testículos permanecen sin descender, lo denominan criptorquidia bilateral.
Los testículos no descendidos pueden quedar retenidos en el canal inguinal, un conducto que conecta el cordón espermático con los testículos, o pueden quedar retenidos en otro lugar del abdomen.
Esta afección puede provocar complicaciones graves en los perros, incluido el cáncer testicular, por lo que es importante tratarla rápidamente. Si sospecha que su perro padece criptorquidia, póngase en contacto con su veterinario de inmediato. Ellos pueden diagnosticar la afección y comenzar el tratamiento lo antes posible.
Esto es lo que debe saber sobre los síntomas, las causas y los tratamientos de la criptorquidia en perros.
Síntomas de la criptorquidia en perros
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Puede que no haya síntomas directos de la criptorquidia en perros, pero hay varias complicaciones que pueden producirse a causa de ella. El principal signo de esta afección es que uno o ambos testículos no han descendido alrededor de los cuatro meses de edad.
Si un testículo no descendido está retenido en el canal inguinal, es probable que un veterinario pueda palparlo mediante palpación abdominal. Sin embargo, si se encuentra en otra parte del abdomen, el veterinario puede necesitar una ecografía para determinar su ubicación.
Una de las complicaciones que pueden producirse es la torsión del cordón espermático. Esto ocurre cuando el cordón espermático se retuerce sobre sí mismo, cortando el suministro de sangre a los testículos. Esto provocará un dolor abdominal agudo e intenso.
Otra complicación frecuente es el cáncer de testículo. El riesgo de cáncer testicular es diez veces mayor en los perros con criptorquidia que en los que no la padecen. Los síntomas dependen del tipo de cáncer.
Los perros con criptorquidia pueden ser estériles, ya que los testículos que no han descendido no suelen producir esperma. Sin embargo, los testículos siguen produciendo testosterona.
Existen algunas anomalías en el desarrollo que suelen aparecer junto a esta afección. Entre ellas se incluyen deformidades en las patas, la cola, los ojos y los párpados. Los perros también pueden sufrir displasia de cadera, luxación rotuliana (rótulas dislocadas) y un defecto cardiaco potencialmente mortal llamado tetralogía de Fallot.
Causas de la criptorquidia en perros
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Se desconoce la causa exacta de la criptorquidia en perros, aunque se sospecha que existe un componente genético.
Aunque puede afectar a perros de todas las razas, aparece más comúnmente en razas toy como los caniches toy, los yorkshire terrier y los pomerania. Los veterinarios sugieren a los padres que esterilicen a los perros que la padezcan para que no puedan transmitirla.
Algunos sospechan que el problema no es genético, sino que aparece por algo que ocurre dentro del útero durante el desarrollo fetal. Puede tratarse de una afección ambiental que sólo afecta a los miembros de una misma camada.
Sea como fuere, la afección no se puede prevenir en la actualidad.
Tratamientos de la criptorquidia en perros
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El tratamiento de la criptorquidia en perros es la esterilización. Es importante llevarla a cabo tanto para prevenir complicaciones como el cáncer testicular como para evitar que el perro pueda transmitir la enfermedad a su descendencia.
El procedimiento para castrar a un perro con criptorquidia es más complicado que en el caso de los perros que no la padecen. Esto se debe a que suele implicar abrir el abdomen y, en los casos en los que el testículo no puede encontrarse con una ecografía, cierta exploración médica.
El veterinario debe extirpar ambos testículos, aunque sólo uno no descienda.
Los investigadores han intentado algunos tratamientos experimentales, como inyecciones hormonales en cachorros y el descenso artificial de los testículos. Sin embargo, incluso los testículos descendidos artificialmente conservan el mismo riesgo elevado de cáncer testicular.
Estos tratamientos se consideran poco éticos, y cuando los criadores han intentado continuar una línea a pesar de la criptorquidia de un perro, suele resultar doloroso para el perro afectado. La esterilización suele ser segura y permite al perro llevar una vida normal y sana en la mayoría de los casos.