El asesino silencioso: la deficiencia de zinc y su perro

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Hay un problema al que se enfrentan los perros que, aunque no es muy conocido, puede ser mortal. Y este problema, compañeros padres de perros, es la deficiencia de zinc. La carencia de zinc afecta sobre todo a los huskies y los malamutes, pero se sabe que también afecta a otras razas, sobre todo a las gigantes (especialmente los gran daneses y los San Bernardos) y a las razas grandes, como los pastores alemanes y los doberman. Y por desgracia, aunque su perro no sea de una de estas razas, la carencia de zinc puede afectarle igualmente. Dado que este problema no es familiar para la mayoría de la gente pero afecta a muchos perros, quería compartir con usted algo de información al respecto, especialmente cómo reconocerlo y qué hacer al respecto.

Antes de entrar en materia, me gustaría animarle a que investigue todo lo posible sobre esta cuestión si sospecha que su perro tiene una deficiencia de zinc. Hay muy buena información disponible en Internet, y también puede hablar con un veterinario o un naturópata certificado para animales (en cualquier caso, asegúrese de encontrar a alguien que esté familiarizado con la deficiencia de zinc en perros). Esto es especialmente cierto cuando se trata de suplementar para ayudar con la deficiencia de zinc: puede dañar a su perro si suplementa de forma inadecuada, y demasiado zinc puede ser fatal para los perros.

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Dicho esto, veamos cómo afecta el zinc, y a la inversa, una carencia de zinc, a la salud de su perro.

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El zinc y los perros

El zinc es el segundo mineral más utilizado en el organismo de su perro. Si no está presente en cantidades adecuadas, puede provocar una gran variedad de problemas y, en última instancia, la muerte. La carencia de zinc parece ser más frecuente en huskies y malamutes; parece que requieren una cantidad de zinc superior a la media (en comparación con otras razas).

Malabsorción y mala digestión

Algunos perros no pueden utilizar eficazmente los nutrientes que entran en su organismo. Existen muchas razones para ello, pero normalmente se debe a que su organismo no absorbe correctamente las vitaminas, minerales y otros nutrientes presentes en los alimentos (malabsorción) o a que su digestión está alterada (mala digestión). Curiosamente, tanto la malabsorción como la mala digestión suelen estar relacionadas con la dieta del perro.

Carencia de zinc: un problema multisintomático

Con frecuencia, cuando un perro tiene una deficiencia de zinc, presentará diversos síntomas. En muchos casos, los síntomas cambian con el tiempo, apareciendo síntomas diferentes a medida que se prolonga la deficiencia. Dado que los síntomas a menudo parecen no estar relacionados entre sí, el tratamiento convencional puede tratar de abordar los síntomas individualmente. Sin embargo, si no se aborda el problema subyacente (la carencia de zinc), los síntomas continuarán y empeorarán progresivamente. ¿La buena noticia? Con el enfoque adecuado, puede ayudar a garantizar que su perro no sufra una carencia de zinc (y puede ayudarle a superarla si la padece). Dado que la carencia de zinc está relacionada con la dieta, proporcionar la dieta adecuada contribuye en gran medida a mantener a su perro equilibrado y próspero. Pero hablaremos de ello más adelante.

Entiendo que el zinc es importante. Pero, ¿qué hace exactamente?

Después del hierro, el zinc es el oligoelemento esencial más abundante en el organismo de su perro. Es un potente antioxidante y ayuda en varios procesos metabólicos del organismo. El zinc actúa por sí mismo y con otros nutrientes, como el cobre, las vitaminas del complejo B, la vitamina A, el calcio y el fósforo, para sostener el organismo y ayudar en distintas funciones corporales esenciales.

He aquí el truco: aunque el zinc es uno de los oligoelementos más importantes, el organismo no tiene forma de almacenarlo. Eso significa que el cuerpo necesita un suministro regular y adecuado de zinc; si no lo consigue, sufrirá una deficiencia de zinc.

Los estudios han demostrado que sólo entre el 15 y el 40% del zinc ingerido en la dieta de los mamíferos se absorbe bien, y si un perro tiene problemas de malabsorción o mala digestión, este porcentaje es aún menor. Además, ciertos alimentos pueden dificultar la correcta absorción del zinc por su perro, lo que no hace sino agravar el problema de la carencia.

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Síntomas comunes de la carencia de zinc

El organismo de su perro utiliza el zinc para muchos procesos. Hay un orden en el que se producen estos procesos; si no hay suficiente zinc, no pueden completarse todos los procesos. Con el tiempo, si esto ocurre de forma constante, la salud de su perro empezará a resentirse de diversas formas. En general, los signos de deficiencia de zinc se presentan en el siguiente orden:

1. Problemas digestivos crónicos (los propietarios a veces suponen que se trata de alergias alimentarias). Suelen incluir diarrea y falta de apetito (la falta de apetito se atribuye a veces a que el perro es «quisquilloso con la comida»).
2. Manchas costrosas y elevadas de dermatitis. Suelen aparecer alrededor de los ojos, en el hocico, en las patas o en la ingle. A veces se diagnostican erróneamente como puntos calientes o alergias cutáneas.
3. Un sistema inmunitario poco funcional o hiperreactivo (en otras palabras, el sistema inmunitario es incapaz de manejar las infecciones o responde a todo como si fuera una amenaza). En general, durante esta etapa, su perro puede presentar varias enfermedades aparentemente no relacionadas, pero en realidad, todas están relacionadas con el sistema inmunitario. En esta etapa, pueden desarrollarse cánceres.
4. Un mal funcionamiento de la glándula tiroides, que provoca aumento o pérdida de peso, aumento o disminución del apetito, problemas de piel y pelaje e infecciones secundarias. Su perro también puede tener una tos persistente. Los niveles hormonales del organismo suelen estar desequilibrados en este punto.
5. Fallos orgánicos importantes (incluyendo insuficiencia renal, hepática y/o cardíaca).
6. Convulsiones. Éstas se producen porque, si el zinc es insuficiente, la taurina del cerebro no puede funcionar eficazmente como suavizador de los neurotransmisores, y pueden producirse disparos erráticos de neurotransmisores (en otras palabras, convulsiones).

Es importante señalar aquí que, aunque éste es generalmente el orden sintomático que sigue la deficiencia de zinc, algunos perros no siguen esta lista. Puede que se salten algunos síntomas, o puede que se salten los síntomas iniciales y salten directamente al final (o cerca del final) de la lista. Ser proactivo a la hora de asegurarse de que su perro está recibiendo y absorbiendo la cantidad adecuada de zinc (en lugar de esperar a que presente síntomas) es la mejor política cuando se trata de asegurarse de que su perro nunca tenga que enfrentarse a esto.

Ahora que hemos echado un rápido vistazo a los signos de la carencia de zinc en los perros, examinemos cada uno de ellos con cierto detalle.

Problemas digestivos crónicos

Los problemas digestivos crónicos suelen ser los primeros indicadores de carencias de zinc. Especialmente muchos Huskies parecen tener diarrea y otros problemas digestivos. A menudo, los veterinarios recomiendan al propietario cambiar de alimento. Esto no suele solucionar el problema, y el perro sigue teniendo diarrea. Los ataques de diarrea impiden que el organismo absorba correctamente el zinc, y se convierte en un efecto de bola de nieve.

Si un perro experimenta problemas digestivos crónicos debido a una carencia de zinc, generalmente indica que o bien no está ingiriendo suficiente zinc en su dieta, o bien no lo está absorbiendo adecuadamente. Las mejores fuentes de zinc en la dieta son las carnes crudas enteras y el pescado. Las dietas que no contienen una cantidad adecuada de carne, o las dietas con mucha carne procesada, pueden provocar una carencia de zinc. Además, las dietas ricas en maíz, trigo y/o soja (típicas de muchos alimentos procesados para perros) pueden provocar una mala absorción al hacer que el zinc no esté disponible para el organismo. Esto se debe a que cuando estos cereales se descomponen, crean fitatos. El ácido fítico se adhiere al zinc en el intestino e impide que el organismo lo absorba correctamente.

¿Cuál es la conclusión? Alimentar a su perro con una dieta de alimentos crudos adecuada a su especie, equilibrada y variada, le ayudará a mantener el sistema digestivo en buen funcionamiento y le permitirá digerir y absorber cantidades adecuadas de zinc. Y si su perro muestra síntomas de carencia de zinc, disminuirá el dinero que gasta en facturas de veterinario tratando de solucionar los problemas que seguirán apareciendo.

(Crédito de la foto: Kristin Clark, MA, CSAN)

Lesiones costrosas (dermatosis por carencia de zinc)

Si el zinc no está disponible en cantidades suficientes, puede alterar la división celular normal, lo que puede provocar que la piel se vuelva seca y escamosa. Finalmente, comienzan a formarse lesiones elevadas y costrosas. También pueden formarse debido a un funcionamiento insuficiente del sistema inmunitario.

Estas lesiones resultan incómodas y producen picor a su perro. También tienden a extenderse y, aunque con frecuencia responden a las cremas tópicas de zinc, en cuanto se deja de aplicar la crema, suelen reaparecer, a menudo peor que antes.

Enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario

Las células T contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunitario (ayudan a reconocer las células invasoras extrañas, incluidas las bacterias, los virus y las células cancerosas). Si no hay suficientes células T, o si éstas están comprometidas, el sistema inmunitario no puede diferenciar eficazmente entre las células normales y las invasoras. Eso, a su vez, puede hacer que el sistema inmunitario reaccione de forma exagerada o insuficiente. Y, para empeorar las cosas, si utiliza antibióticos para eliminar cualquier infección persistente, puede causar más problemas: los antibióticos matan las bacterias intestinales, lo que conduce a más problemas digestivos (y puesto que la deficiencia de zinc es un problema digestivo, puede ver cómo causar más problemas digestivos es una muy mala idea).

El cuerpo necesita zinc para fabricar células T. La buena noticia es que cuando hay suficiente zinc, muchos de estos problemas desaparecen. Por eso es tan importante informarse y asegurarse de que adopta un enfoque proactivo para asegurarse de que se cubren las necesidades nutricionales de su perro.

Problemas de tiroides y glándula tiroides

La tiroides es responsable de producir hormonas y regular las hormonas responsables del metabolismo y el funcionamiento de los órganos. Si su perro tiene una deficiencia tiroidea (o si su organismo empieza a atacar a las glándulas tiroideas debido a problemas del sistema inmunitario), puede experimentar (entre otras cosas) pérdida de pelo, piel seca y/o escamosa, problemas de peso, infecciones continuas, problemas digestivos e incluso insuficiencia orgánica.

¿Recuerda que mencioné que existe una jerarquía en la forma en que el cuerpo utiliza el zinc? El cuerpo dirige el zinc a la tiroides sólo después de dirigirlo a varias otras funciones. Y si no hay suficiente zinc, entonces el cuerpo puede no dirigirlo a la tiroides. Si esto ocurre de forma regular, con el tiempo la tiroides puede no ser capaz de producir las hormonas adecuadas.

Fallo de órganos importantes

Si el zinc no está disponible en cantidades adecuadas y regulares, el cuerpo no puede mantener los órganos principales, que acaban fallando.

Convulsiones

Si no hay suficiente zinc, se dificulta la absorción de taurina. Y sin la taurina adecuada, los neurotransmisores del cerebro pueden sobreexcitarse y empezar a dispararse aleatoriamente. Cuando esto ocurre, puede producirse una convulsión. Las convulsiones relacionadas con la carencia de zinc pueden ir desde el Petite Mal hasta el Grand Mal.

Zinc y dieta

Es cierto que todos los perros necesitan zinc en su dieta. También es cierto que los huskies y los malamutes parecen necesitar cantidades de zinc superiores a la media. Sin embargo, no todos los perros (ni siquiera todos los Malamutes o Huskys) necesitan grandes cantidades de suplementos de zinc.

Aunque han sido domesticados durante miles de años, los perros siguen estando diseñados para comer dietas de alimentos crudos apropiadas para su especie: carne cruda, huesos, órganos y glándulas. Los perros tienen requisitos dietéticos similares a los de los cánidos salvajes, especialmente los lobos. Por ello, antes de empezar a añadir suplementos, debe revisar la dieta de su perro para ver si debe hacer algún cambio.

Cuando revise la dieta de su perro, tenga en cuenta lo siguiente:

• La dieta de su perro no debe incluir trigo, maíz ni soja (ni ningún otro tipo de grano).
• La dieta de su perro debe basarse en carne entera (en lugar de recurrir a subproductos cárnicos o carnes muy procesadas). Comer carne cruda puede aumentar los niveles de zinc de forma natural (y el organismo de su perro puede absorber el zinc de la carne cruda con relativa facilidad).
• Si alimenta a su perro con croquetas procesadas, tenga en cuenta que muchos fabricantes de alimentos para perros añaden zinc a la comida, pero añaden una fuente barata de zinc en forma de óxido de zinc o sulfato de zinc. El organismo de su perro no puede absorber ni utilizar fácilmente estas formas de zinc y, a menudo, se produce una carencia de zinc. Una vez más, una dieta de alimentos crudos equilibrada y variada, apropiada para cada especie, es la mejor manera de garantizar que su perro recibe una cantidad adecuada de zinc que puede absorber correctamente.

Alimentos con un alto contenido natural de zinc (cuando se suministran crudos)

• Carne de vacuno
• Búfalo
• Pollo
• Huevo
• Cabra
• Fletán
• Cordero
• Avestruz
• Cerdo
• Conejo
• Sardina
• Pavo

El aceite de pescado es otra buena fuente de zinc. Tenga en cuenta, sin embargo, que demasiado aceite de pescado puede agotar la vitamina E en, aportar demasiada vitamina A y provocar un desequilibrio entre las proporciones de ácidos grasos omega-3 y omega-6. Si está pensando en dar aceite de pescado a su perro, tenga en cuenta todas las demás fuentes de ácidos grasos esenciales (AGE) de su dieta para asegurarse de no darle demasiado.

(Crédito de la foto: Kristin Clark, MA, CSAN)

Suplemento de zinc

Si le está dando una dieta adecuada pero su perro no muestra ninguna mejoría, puede que tenga que suplementar. Un suplemento comercial es Zinpro, que es un suplemento orgánico de metionina de zinc. El organismo de su perro puede absorber fácilmente este tipo de zinc en el torrente sanguíneo.

Hay otros suplementos minerales de zinc disponibles, pero antes de empezar a suplementar de esta manera, hay algunas cosas que debe tener en cuenta:

• El organismo no tiene forma de almacenar zinc, por lo que debe obtenerlo regularmente en cantidades adecuadas.
• Las investigaciones sugieren que los perros necesitan mucho más zinc que los humanos (hasta 100 mg diarios, mientras que los humanos suelen necesitar menos de 15 mg diarios)
• En general, sólo podrá saber si su perro tiene una carencia de zinc si desarrolla alguno de los signos que he comentado antes
• No todas las formas de zinc funcionan igual de bien para los perros
• Los suplementos de zinc funcionan mejor si se administran cuatro horas después de que el perro haya comido (si se administran cuatro horas después, en lugar de con la comida, se reduce la posibilidad de que el calcio interfiera en la absorción del zinc por el organismo)
• El zinc interactúa con el cobre, el hierro, el calcio y la vitamina A, por lo que un suplemento incorrecto puede causar desequilibrios en otros nutrientes que pueden provocar reacciones adversas en su perro

Formas de zinc más utilizables a menos utilizables:

• El citrato, el picolinato y el gluconato de zinc son altamente absorbibles y el organismo de su perro los utiliza con facilidad
• El zinc quelado es ligeramente menos absorbible que el picolinato y el gluconato de zinc, pero no suele causar tantas molestias estomacales como otras formas de zinc
• La metionina de zinc es relativamente biodisponible y bien digerida por la mayoría de los perros
• El sulfato de zinc es duro para el estómago, por lo que, en general, se recomienda triturarlo y añadirlo a la comida. Sin embargo, esto lo hace menos absorbible
• El óxido de zinc es muy difícil de absorber para su perro. Sin embargo, es barato, lo que lo convierte en el zinc preferido por muchos fabricantes de alimentos para perros a la hora de añadir zinc a su comida para perros

Toxicidad del zinc

El zinc puede causar problemas cuando se administra en grandes cantidades. Dosis únicas de 225-450 mgs pueden provocar vómitos en un perro, y las dosis letales de zinc empiezan en torno a los 900 mgs. La toxicidad del zinc se presenta en los perros de diversas formas: jadeo excesivo, vómitos, letargo, diarrea, respiración rápida con un ritmo cardiaco errático o acelerado, e incluso ictericia. Si su perro sufre una intoxicación por zinc, es necesaria una intervención médica urgente.

Determinación de la cantidad de zinc que debe administrarse

La regla general es 25 mg de zinc por cada 50 libras de peso de su perro. Si no observa una mejoría en su perro tras seis semanas a este nivel, puede aumentar la dosis diaria a 50 mgs. Siempre, si no está seguro, consulte con un experto que esté familiarizado con la deficiencia de zinc en perros.

Conclusión

La carencia de zinc, aunque peligrosa, no tiene por qué ser una larga sentencia de muerte. Ser proactivo -alimentar a su perro con una dieta cruda equilibrada y variada- contribuirá en gran medida a que nunca se enfrente a este problema. Y al ser consciente de los signos, puede actuar para abordarlo mediante la suplementación si es necesario.

-Por Kristin Clark, MA, CSAN

Redactora jefe, Raw Pet Digest

Fundadora, Raw Pets Thrive Movement

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