La eutanasia consiste en una sobredosis de barbitúricos que detienen el corazón del perro. Se administra a través de un catéter intravenoso o una inyección, y es indolora cuando se realiza correctamente.
Muchos padres de perros eligen esta opción cuando el sufrimiento de sus mascotas es demasiado grande y no hay posibilidad de recuperación.
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Algunos refugios de animales o perreras municipales también pueden aplicar la eutanasia a los perros. Muchos refugios han pasado a modelos de no sacrificio y sólo practican la eutanasia en circunstancias muy concretas.
Cuando se trata de la eutanasia de su perro, usted puede elegir si quiere estar presente o no. Algunos veterinarios acudirán a su domicilio para administrar la eutanasia a su perro, lo que puede ser una buena idea si a su perro le resulta estresante ir a la clínica o al hospital de animales.
Antes del procedimiento, la mayoría de los veterinarios le invitarán a pasar a una sala de exploración y después le dejarán solo durante unos minutos para que diga lo que quiera o simplemente abrace a su perro. Cuando entren el veterinario y el técnico veterinario, indíqueles si desea conservar un trozo del pelo o del collar de su perro.
Si cree que su perro está sufriendo y le gustaría ponerle fin sin dolor y con amor, debería hablar de la eutanasia como opción con su veterinario. Ellos pueden darle consejos y opiniones; sin embargo, la decisión dependerá en última instancia de usted.
He aquí algunas cosas que debe saber sobre la eutanasia para perros.
¿Cuál es el procedimiento de la eutanasia para perros?
(Crédito de la foto: John Moore/Getty Images)
Algunas clínicas administran primero un sedante al perro porque muchos se ponen ansiosos antes del procedimiento. Sin embargo, no es una práctica habitual en todas partes, por lo que es posible que tenga que pedirlo si van a aplicar la eutanasia a su perro.
La mayoría de los veterinarios utilizan un medicamento anticonvulsivo llamado pentobarbital, que provoca la parada del corazón y el cerebro cuando se administra en dosis altas. Se administra por vía intravenosa.
Ciertos perros, como algunos humanos, son más reactivos a las agujas que otros y gemirán o vocalizarán en respuesta a la inyección, lo que puede ser desconcertante, por no decir otra cosa, en un momento en el que las emociones ya están cargadas.
Para lo que la mayoría de la gente no está preparada es para lo rápido que actúa la solución eutanásica; la muerte se produce en sólo unos segundos. Probablemente sentirá que su perro se relaja y luego se acabó.
A veces puede oír lo que suena como un jadeo procedente de su perro después de que haya fallecido; eso es simplemente aire exhalado por los pulmones. Los nervios también pueden crisparse durante un momento. A veces la vejiga evacua.
Se trata de actos reflejos involuntarios tras la muerte y no son dolorosos, pero pueden resultar inquietantes de ver. A diferencia de lo que ocurre en las películas, es probable que los ojos de su perro no se cierren automáticamente.
¿A qué perros se aplica la eutanasia?
(Crédito de la imagen: Getty Images)
Algunos refugios sacrifican a los perros que consideran no adoptables. Puede tratarse de perros con tendencias agresivas, perros demasiado viejos, perros con enfermedades o deformidades, o perros que permanecen demasiado tiempo en el refugio.
Los refugios que no matan buscan colocar a todos los perros que llegan a su cuidado en hogares cariñosos, aunque todavía hay circunstancias en las que pueden optar por la eutanasia. Los perros considerados peligrosos por un tribunal tras un incidente de mordedura o los que muestran signos graves de agresividad también pueden ser condenados a la eutanasia.
La eutanasia también puede ser una forma humanitaria de poner fin a la vida de un perro que está sufriendo.
En cuanto a si debe o no aplicar la eutanasia a su propio perro, hay muchas preguntas que debe hacerse.
¿Está su perro enfermo sin esperanzas de mejorar? ¿Es su perro incapaz de mantener funciones básicas como comer, moverse, ir al baño o dormir toda la noche? ¿Siente dolor?
Comente estas cuestiones con su veterinario antes de tomar una decisión. Cuando se decida, lo hará por las razones correctas.
¿Debo estar presente cuando practiquen la eutanasia a mi perro?
(Crédito de la imagen: Getty Images)
La única respuesta correcta es la que tenga sentido para usted. Probablemente su perro apreciaría que estuviera allí, por muy doloroso que sea, pero es su decisión.
Si cree que sus hijos no lo entenderán o pensarán que está haciendo daño al perro, o si sus propias emociones disgustarán al perro, quizá sea mejor no tenerlos allí. Para un niño maduro que pida estar presente, puede estar bien.
También puede pedir siempre la opinión de su veterinario.
Sin embargo, debe tener en cuenta que muchos perros buscan a sus humanos en esta circunstancia. El procedimiento puede asustarles y le buscarán a usted como fuente de consuelo. Cuando usted no está, sus últimos momentos pueden resultar aún más desagradables.
Opciones de entierro
(Crédito de la foto: Michael Williamson/The Washington Post vía Getty Images)
Aunque se sienta emocionalmente incapaz de tomar más decisiones, intente decidir de antemano qué hacer con los restos de su perro.
Si no ha hecho los preparativos para el entierro con antelación, su clínica puede ofrecerle la incineración en grupo (en la que usted no recibe cenizas), la incineración individual (en la que se le devuelven las cenizas de su perro) o puede enterrar el cuerpo. Se puede realizar una autopsia con cualquiera de estas opciones.
Tenga en cuenta que los municipios tienen normativas sobre si las mascotas pueden ser enterradas legalmente o no. Aunque no suele ser una preocupación en las zonas rurales, suele ser ilegal en las ciudades.
La eutanasia puede ser una opción humanitaria para poner fin al sufrimiento. Puede proporcionar a su perro un fallecimiento tranquilo y sin dolor, rodeado de sus seres queridos, que es más de lo que la mayoría de nosotros podríamos esperar. Aunque pueda ser doloroso decir adiós, tendrá que decidir qué es lo correcto para su querido perro.