La mielitis verminosa en perros es un trastorno neurológico derivado de infecciones parasitarias en la médula espinal. Aunque es relativamente rara, puede afectar gravemente a la salud y la movilidad del perro. El término «verminosa» se refiere a la implicación de gusanos o parásitos similares, que invaden la médula espinal y desencadenan una inflamación, conocida como mielitis. Esta afección puede estar causada por distintos parásitos, y su aparición depende en gran medida de la ubicación geográfica y de la exposición del perro a estos parásitos.
Esto es lo que debe saber sobre los síntomas, las causas y los tratamientos de esta afección en los perros.
Síntomas de la mielitis verminosa en perros
(Crédito de la foto: Teamjackson | Getty Images)
La mielitis verminosa a menudo se presenta con signos sutiles que inicialmente pueden confundirse con problemas de salud menos graves. Sin embargo, a medida que avanza, puede causar malestar significativo y problemas de movilidad para los perros afectados. Los síntomas más comunes son
- Debilidad o parálisis, a menudo asimétrica
- Falta de coordinación (ataxia)
- Incapacidad para caminar
- Dolor o sensibilidad a lo largo de la columna vertebral
- Debilitamiento muscular o pérdida de control muscular
- Cambios de comportamiento debidos al malestar
- Dificultad para controlar la vejiga o los intestinos
La aparición de los síntomas suele producirse pocas semanas después de la exposición al parásito, pero puede variar en función del tipo de parásito y del estado general de salud y la respuesta inmunitaria del perro. Es importante tener en cuenta que, sin una intervención veterinaria rápida, la enfermedad puede empeorar rápidamente y provocar déficits neurológicos más graves y complicaciones potencialmente mortales. Por consiguiente, si sospecha que su perro presenta síntomas de mielitis verminosa, llévelo inmediatamente al veterinario para que le haga un diagnóstico adecuado y le indique un plan de tratamiento apropiado.
Para diagnosticar la mielitis verminosa, su veterinario probablemente comenzará con un examen físico completo y una revisión del historial médico de su perro. Es posible que recomiende análisis de sangre para identificar signos de infección o inflamación y técnicas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada para obtener una visión detallada de la médula espinal. En algunos casos, puede ser necesario un análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) para detectar la presencia de parásitos o respuestas inmunitarias relacionadas. Dicho esto, sin embargo, esta afección es notoriamente difícil de diagnosticar y, en muchos casos, el diagnóstico definitivo sólo es posible mediante un examen post mortem de los tejidos.
Causas de la mielitis verminosa en perros
(Crédito de la foto: Kseniya Starkova | Getty Images)
La mielitis verminosa en perros es un trastorno neurológico derivado de infecciones parasitarias en la médula espinal. Aunque es relativamente rara, puede afectar gravemente a la salud y la movilidad del perro. El término «verminosa» se refiere a la implicación de gusanos o parásitos similares, que invaden la médula espinal y desencadenan una inflamación, conocida como mielitis. Esta afección puede estar causada por distintos parásitos, y su aparición depende en gran medida de la ubicación geográfica y de la exposición del perro a estos parásitos.
- Esto es lo que debe saber sobre los síntomas, las causas y los tratamientos de esta afección en los perros.
- Síntomas de la mielitis verminosa en perros
- (Crédito de la foto: Teamjackson | Getty Images)
- La mielitis verminosa a menudo se presenta con signos sutiles que inicialmente pueden confundirse con problemas de salud menos graves. Sin embargo, a medida que avanza, puede causar malestar significativo y problemas de movilidad para los perros afectados. Los síntomas más comunes son
Debilidad o parálisis, a menudo asimétrica
Falta de coordinación (ataxia)
Incapacidad para caminar
Dolor o sensibilidad a lo largo de la columna vertebral
Debilitamiento muscular o pérdida de control muscular
- Cambios de comportamiento debidos al malestar
- Dificultad para controlar la vejiga o los intestinos
- La aparición de los síntomas suele producirse pocas semanas después de la exposición al parásito, pero puede variar en función del tipo de parásito y del estado general de salud y la respuesta inmunitaria del perro. Es importante tener en cuenta que, sin una intervención veterinaria rápida, la enfermedad puede empeorar rápidamente y provocar déficits neurológicos más graves y complicaciones potencialmente mortales. Por consiguiente, si sospecha que su perro presenta síntomas de mielitis verminosa, llévelo inmediatamente al veterinario para que le haga un diagnóstico adecuado y le indique un plan de tratamiento apropiado.
- Para diagnosticar la mielitis verminosa, su veterinario probablemente comenzará con un examen físico completo y una revisión del historial médico de su perro. Es posible que recomiende análisis de sangre para identificar signos de infección o inflamación y técnicas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada para obtener una visión detallada de la médula espinal. En algunos casos, puede ser necesario un análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) para detectar la presencia de parásitos o respuestas inmunitarias relacionadas. Dicho esto, sin embargo, esta afección es notoriamente difícil de diagnosticar y, en muchos casos, el diagnóstico definitivo sólo es posible mediante un examen post mortem de los tejidos.
Causas de la mielitis verminosa en perros
(Crédito de la foto: Kseniya Starkova | Getty Images)
En los perros, la principal causa de mielitis verminosa son las infecciones parasitarias, en particular las que afectan a nematodos o ascárides. Los parásitos más comunes responsables de esta afección son:
Baylisascaris procyonis: Se trata de un ascáride que se encuentra en los mapaches, que son sus huéspedes naturales. Los perros pueden infectarse al ingerir huevos procedentes de las heces de los mapaches o de ambientes contaminados.
Angiostrongylus vasorum: También llamado gusano del corazón francés, este parásito suele atacar los pulmones y los vasos sanguíneos. Sin embargo, en algunos casos, puede alcanzar la médula espinal y desencadenar problemas neurológicos.
Toxocara canis: Aunque afecta principalmente al tracto gastrointestinal, las larvas de esta ascáride pueden migrar al sistema nervioso central, causando inflamación y, en casos graves, mielitis.
Dirofilaria immitis: Más conocido como gusano del corazón, este parásito suele infectar el corazón y los pulmones. En raras ocasiones, puede causar mielitis por migración aberrante.
Una vez que estos parásitos penetran en el sistema nervioso central, provocan una respuesta inmunitaria que da lugar a inflamación e hinchazón. Esta reacción altera la función neural normal y daña los tejidos nerviosos. A medida que el organismo sigue luchando contra los parásitos, la inflamación prolongada puede provocar daños neurológicos importantes. Con el tiempo, este daño se manifiesta en forma de síntomas como parálisis, debilidad y pérdida de coordinación en los perros afectados.
Varios factores pueden aumentar el riesgo de que un perro desarrolle mielitis verminosa. La ubicación geográfica es especialmente importante, ya que las zonas con mayor prevalencia de ciertos parásitos suponen una mayor amenaza. Los perros que pasan mucho tiempo al aire libre, especialmente en entornos donde pueden encontrarse con huéspedes intermediarios como caracoles, babosas o mosquitos, tienen más probabilidades de estar expuestos. Además, la falta de atención veterinaria periódica y de medidas de prevención de parásitos puede contribuir al desarrollo de esta enfermedad. Los cachorros y los perros jóvenes también son más susceptibles debido a la inmadurez de su sistema inmunitario.