La podredumbre de Alabama es una enfermedad rara pero potencialmente mortal que afecta a los perros. También conocida como vasculopatía glomerular cutánea y renal (CRGV), esta afección ha desconcertado a los veterinarios por su misterioso origen y rápida progresión. Se detectó por primera vez en galgos de Alabama (Estados Unidos) en la década de 1980. Desde entonces, se han notificado casos en varios países, sobre todo en el Reino Unido. La enfermedad afecta principalmente a los vasos sanguíneos de la piel y los riñones, provocando llagas visibles y, en casos graves, insuficiencia renal aguda.
Esto es lo que debe saber sobre los síntomas, las causas y los tratamientos de la enfermedad.
Vea si puede leer las expresiones faciales de estos gatos.
Síntomas de la podredumbre de Alabama en perros
(Crédito de la foto: Fetrinka | Getty Images)
Uno de los primeros y más notables signos de la podredumbre de Alabama en los perros es la aparición de lesiones en la piel. Éstas pueden manifestarse como úlceras, llagas o zonas enrojecidas, normalmente en las patas, pezuñas y, a veces, en la cara, el abdomen o el pecho. Pueden variar en tamaño y gravedad, y a menudo aparecen como zonas elevadas o inflamadas que progresan hasta convertirse en heridas abiertas. Dado que las úlceras pueden parecerse a cortes, arañazos o incluso mordeduras, al principio pueden ser difíciles de identificar.
A medida que la enfermedad progresa, puede producirse una insuficiencia renal aguda entre uno y nueve días después de la aparición de las lesiones cutáneas. Los síntomas de afectación renal incluyen
- Vómitos
- Disminución del apetito
- Letargo
- Aumento de la sed
- Micción frecuente
Dada la rápida progresión de las úlceras cutáneas a la insuficiencia renal, es de suma importancia intervenir a tiempo. Por desgracia, debido a la rareza de la enfermedad y a la naturaleza inespecífica de los primeros síntomas, puede resultar difícil para los veterinarios diagnosticar la podredumbre de Alabama con prontitud.
Si observa lesiones cutáneas sospechosas u otros signos de vasculopatía glomerular cutánea y renal en su perro, llévelo al veterinario lo antes posible. Aunque la mayoría de las lesiones cutáneas no se deben a la podredumbre de Alabama, deben ser evaluadas para descartar otras afecciones.
Durante la visita al veterinario, probablemente le preguntará por las actividades y el entorno recientes de su perro, examinará cualquier anomalía cutánea y puede sugerirle que controle la función renal mediante análisis de sangre y orina. Por el momento, no existe ninguna prueba diagnóstica específica para la podredumbre de Alabama. Según The Kennel Club, la única forma definitiva de diagnosticar la podredumbre de Alabama es analizar una muestra de riñón después de que el perro haya fallecido.
Causas de la podredumbre de Alabama en perros
(Crédito de la foto: krugli | Getty Images)
La podredumbre de Alabama es una enfermedad rara pero potencialmente mortal que afecta a los perros. También conocida como vasculopatía glomerular cutánea y renal (CRGV), esta afección ha desconcertado a los veterinarios por su misterioso origen y rápida progresión. Se detectó por primera vez en galgos de Alabama (Estados Unidos) en la década de 1980. Desde entonces, se han notificado casos en varios países, sobre todo en el Reino Unido. La enfermedad afecta principalmente a los vasos sanguíneos de la piel y los riñones, provocando llagas visibles y, en casos graves, insuficiencia renal aguda.
Esto es lo que debe saber sobre los síntomas, las causas y los tratamientos de la enfermedad.
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- Síntomas de la podredumbre de Alabama en perros
- (Crédito de la foto: Fetrinka | Getty Images)
- Uno de los primeros y más notables signos de la podredumbre de Alabama en los perros es la aparición de lesiones en la piel. Éstas pueden manifestarse como úlceras, llagas o zonas enrojecidas, normalmente en las patas, pezuñas y, a veces, en la cara, el abdomen o el pecho. Pueden variar en tamaño y gravedad, y a menudo aparecen como zonas elevadas o inflamadas que progresan hasta convertirse en heridas abiertas. Dado que las úlceras pueden parecerse a cortes, arañazos o incluso mordeduras, al principio pueden ser difíciles de identificar.
A medida que la enfermedad progresa, puede producirse una insuficiencia renal aguda entre uno y nueve días después de la aparición de las lesiones cutáneas. Los síntomas de afectación renal incluyen
Vómitos
Disminución del apetito
Letargo
Aumento de la sed
Micción frecuente
Dada la rápida progresión de las úlceras cutáneas a la insuficiencia renal, es de suma importancia intervenir a tiempo. Por desgracia, debido a la rareza de la enfermedad y a la naturaleza inespecífica de los primeros síntomas, puede resultar difícil para los veterinarios diagnosticar la podredumbre de Alabama con prontitud.