Los lanzones, también conocidos como langsat lanzones o longkangare, son frutas exóticas de origen asiático, poco comunes en los Estados Unidos. Quizá se haya topado con esta fruta dando un paseo con su cachorro por el mercado del agricultor, haya disfrutado de su sabor dulce y ligeramente ácido, y haya pensado que quizá su perro también lo haría. Pero, ¿pueden los perros comer lanzones?
Por desgracia, la respuesta corta es no; debido a la toxicidad de las semillas, los perros no pueden comer lanzones con seguridad. La preparación requeriría una extracción de semillas bastante quirúrgica, y es fácil que se le escape una. En definitiva, no merece la pena correr el riesgo.
Por supuesto, esta información procede de muy pocas fuentes fiables. En general, no se ha investigado mucho sobre los lanzones y los perros.
Pero no tome la falta de información como un visto bueno. Hable siempre con su veterinario antes de introducir frutas exóticas a su perro.
¿Por qué son malos los lanzones para los perros?
Algunos dicen que la pulpa de los lanzones es perfectamente segura para que la consuman los perros. Pero esta afirmación no está confirmada y no existe ninguna investigación sustancial que la respalde.
Tanto la piel como las semillas de los lanzones contienen cianuro y taninos, absolutamente tóxicos para los perros.
Ahora bien, hay muchas frutas que contienen cianuro, por ejemplo, los albaricoques y la fruta durian, que pueden ser seguras para los perros con una preparación adecuada: eliminación de la piel y las semillas. Pero las semillas de los lanzones son similares al color de su pulpa y fáciles de pasar por alto.
Además, para cuando se consiguen extraer todas las semillas, no queda mucho que ofrecer. Simplemente no es un candidato ideal para una golosina canina.
Además, esta fruta se compara a menudo con las uvas, lo que no augura nada bueno para su seguridad.
¿Qué debo hacer si mi perro se ha comido un lanzón?
(Crédito de la foto: nattanan726/Getty Images)
Debido al contenido de cianuro de las semillas y huesos de los lanzones, los perros que comen esta fruta pueden sufrir una intoxicación por cianuro.
La intoxicación por cianuro suele estar directamente relacionada con la cantidad consumida y el tamaño del perro. Si tiene un perro pequeño, busque atención veterinaria. Si tiene un perro grande y sólo ha consumido una, puede bastar con una llamada al veterinario.
En todos los casos, sin embargo, suele ser siempre mejor buscar atención veterinaria. El envenenamiento por cianuro es rápido y a menudo mortal, y el tiempo puede ser esencial. Suponer que su perro no comió lo suficiente como para causarle problemas puede ser un gran error que no querrá cometer.
Todos sabemos que a los perros les encanta masticar cosas. Si alguna vez encuentra a su perro royendo un lanzón, o cualquier fruta con hueso, busque atención médica. Toda la potencia del cianuro se encuentra en el interior de las semillas y los huesos.
Los signos de toxicidad por cianuro incluyen salivación extrema, jadeo rápido y, a veces, convulsiones.
Si este tipo de síntomas no están presentes, pero sí una erupción, ya sea en la piel o en la boca de su perro, sigue siendo motivo de preocupación. Esto suele significar que su perro está sufriendo una reacción alérgica y debe tratarse de inmediato.
