¿Pueden comer piñones los perros? Quizá se haya preguntado si podría compartir algunos con su cachorro mientras tuesta piñones en una sartén como parte de un proyecto culinario de fin de semana. Si los humanos pueden comer piñones, ¿los perros también pueden comerlos sin peligro?
No hay una respuesta corta de sí o no a si los perros pueden comer piñones sin peligro. Técnicamente, los piñones no están clasificados como tóxicos para los perros, pero su altísimo contenido en grasa significa que no son realmente un alimento que un perro deba comer con demasiada regularidad.
Como siempre, debe consultar a su veterinario habitual antes de compartir cualquier alimento humano con su can favorito, incluidos los aperitivos como los piñones. Esto es lo que debe saber sobre los piñones y los perros.
¿Cuándo pueden comer piñones los perros?
Afortunadamente, los piñones no se consideran tóxicos ni venenosos para los perros.
En cuanto a los beneficios nutricionales de los piñones, contienen una buena cantidad de antioxidantes junto con grandes niveles de los minerales zinc, hierro y magnesio, todos los cuales pueden ayudar a mejorar la salud cardiaca del perro.
¿Cuándo son malos los piñones para los perros?
(Crédito de la foto: indigolotos/Getty Images)
El principal problema de alimentar a un perro con piñones es su altísimo contenido en grasa. Si la dieta de un perro se compone de demasiada grasa, corre el riesgo de padecer sobrepeso. A su vez, la obesidad canina puede acarrear una serie de afecciones médicas.
Además, comer demasiados piñones puede exponer al perro a un mayor riesgo de desarrollar pancreatitis.
En muchos casos, un perro que come demasiados piñones también puede sufrir malestar estomacal o incluso llegar a padecer problemas del tracto urinario, que podrían ser consecuencia de los altos niveles de fósforo de los piñones.
Otros síntomas importantes de que un perro coma demasiados piñones son los vómitos, el letargo y la diarrea.
Así pues, aunque los piñones no son necesariamente tóxicos para los perros, es mejor limitarlos a una golosina ocasional o un tentempié especial debido a su alto contenido en grasa.
