Apodados «jeta agria» por su cara arrugada y malhumorada, los Bulldogs son una de esas razas distintivas de las que uno no puede evitar enamorarse a primera vista.
Originalmente, los Bulldogs se criaban para el deporte de la caza del toro debido a su impresionante fuerza y musculatura. Sin embargo, cuando los gobiernos prohibieron este cruel deporte, los criadores se centraron en transformar al Bulldog en la raza sociable, cariñosa e innegablemente encantadora que todos conocemos hoy en día.
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Si está pensando en añadir un Bulldog a su familia, lo más probable es que se esté preguntando cómo de amistosa es esta raza y cómo es su temperamento en general. Esto es lo que necesita saber.
¿Son los Bulldogs amistosos por naturaleza?
La respuesta corta es sí, los Bulldogs son, por naturaleza, superamistosos.
Esta raza se ha convertido en una elección muy popular en los hogares debido a su carácter tranquilo, afectuoso, amable, juguetón y sociable. Los Bulldogs son increíblemente leales a sus dueños y se llevan muy bien con adultos y niños por igual, lo que los convierte en increíbles mascotas familiares.
Además, el temperamento sociable de esta raza la hace ideal para hogares con otras mascotas. Aunque los Bulldogs ocupan un lugar destacado en la escala de testarudez, su naturaleza amistosa les permite establecer vínculos profundos con sus congéneres.
Es habitual que los Bulldogs busquen activamente la atención de sus seres queridos. Pueden recurrir a comportamientos destructivos durante largos periodos de aislamiento. Además, los Bulldogs son más propensos a la ansiedad por separación, ya que se desarrollan mejor con la compañía humana.
Sorprendentemente, los Bulldogs también son muy protectores con sus seres queridos. Son excelentes perros guardianes gracias a sus fuertes instintos protectores. Por lo tanto, si está buscando una increíble mascota familiar que sirva también para disuadir a los intrusos, un Bulldog puede ser el compañero perfecto para usted.
Además, cabe destacar que, aunque los Bulldog tienen un comportamiento amistoso, tienden a desconfiar de los extraños. Afortunadamente, la socialización puede hacer que se acostumbren fácilmente a las caras desconocidas.
